En primer término, Dicayagua era un caballo de carreras, no una yegua.
Un caballo castrado, por más señas, que fue traído al país en un lote de equinos que se importó para la inauguración del hipódromo Perla Antillana durante los festejos del centenario de la independencia nacional, en 1944.
Dicayagua tenía nueve años a su llegada aquí y fue adquirido por el señor Benigno Pérez Martínez, un rico comerciante español que conocía de caballos de carreras. El viejo ejemplar fue excelentemente atendido y se le convirtió en un as de la pista... La familia Trujillo —no el dictador Rafael L. Trujillo Molina— era propietaria de caballos de carreras en el Perla Antillana y poseía varias cuadras, que contaban con muy buenos ejemplares.
Dicayagua venció a la mayoría de esos ejemplares, como también perdió de ellos, es evidente que el descontento que sentía en mucha gente frente al régimen imperante, se manifestaba en las ovaciones de que era objeto Dicayagua cada vez que un triunfo le sonreía sobre un caballo de un miembro del clan Trujillo, bien fuera en una carrera de corta distancia como en una de fondo.
La “desgracia” de Dicayagua, y de su propietario, vino durante la discusión de un premio llamado Trujillo. Ramfis, el hijo mayor del dictador era dueño de la cuadra Haronid y uno de sus ejemplares, Aplicado y Dicayagua, sostuvieron un tremendo duelo, que agotó a ambos ejemplares, resultando entonces ganador Tetelo, un caballo argentino, también propiedad de Pérez Martínez.
El público enloqueció esta tarde, y ovaciono tanto a Tetelo como a Dicayagua.
Aplicado jamás volvió a correr, pues lo reventaron y hubo que dedicarlo a la procreación. Al día siguiente de la carrera, se publicó que don Benigno había salido huyendo de España porque engañó al rey Alfonso XIII.
El comerciante fue detenido y vejado de todas formas y su ejemplar Dicayagua fue virtualmente erradicado del Perla Antillana...
La estatua que se colocó en el parquecito es otra historia.
Esa estatua correspondía en realidad a "Sombra", un magnífico ejemplar propiedad de Ramfis Trujillo, descendiente de Pharamond II en Ellen Drake.
El caballo se lastimó muy temprano en sus patas delanteras y fue retirado de la pista después de brillantes victorias y de fijación de récords.
La estatua la esculpió en su honor el maestro Ismael López Glass.
El parquecito recibió el nombre de Sombra. Erradicada la dictadura, mi querido Magino, grupos anti-trujillistas pintaron la estatua de un color blanco y grisáceo y le pusieron el nombre de Dicayagua, para glorificar el noble bruto al que decían “El Potro Gris”. Una resolución municipal le dio al parque el nombre de Dicayagua...
El destino final de Dicayagua fue bastante triste, pues ni siquiera el pobre equino pudo escapar al espíritu de venganza de alguna gente.
Al final de sus dias como corredor, fue a parar a la cuadra Engombe, propiedad de Luis Rafael Trujillo Molina (Nene), hermano del dictador.
En una oportunidad, ya con un hipódromo decadente, sin caballos de valía, el viejo Dicayagua fue traido a la pista de nuevo e inscrito en una carrera de “chongos”... cuando ganó la misma, el poco público que asistía a la graderías le tributó una larga ovación, a manera de dejar escapar cierta rabia contenida.
Mas tarde, el caballo fue enviado de nuevo al campo donde paso sus ultimos dias lejos de sus glorias pasadas.
martes, 21 de agosto de 2007
Edilio Paredes y La Bachata Dominicana
En los registros de la música popular en todo el mundo, es difícil encontrar una sola figura que haya tenido tanta influencia en la forja de un estilo como Edilio Paredes en la creación de la bachata.
Grabando la guitarra principal en “mucho más de mil” pistas en más de tres décadas, Edilio formó un nuevo género; sus arreglos distinguieron a la bachata del bolero del que surgió, y determinó la estructura de trabajo dentro del cual continúan los bachateros incluso hasta hoy.
Desde los días seminales de la bachata hasta principios de los años1990, Edilio Paredes dirigió y grabó el trabajo más importante de los artistas más importantes de la música, y a lo largo del camino inspiró a tres generaciones de guitarristas Dominicanos.
Desde la infancia, Edilio fue siempre un músico talentoso de manera prodigiosa. Nació en un pequeño pueblo de La Galana, cerca a San Francisco de Macoris, y fue la primera persona en su familia en cantar o tocar un instrumento (aunque su hermano y sus tres hijos desde entonces llegaron a ser músicos bien conocidos por su propia cuenta). Nada en la historia o procedencia de su familia auguraba la aparición de un genio musical. Sin embargo, Edilio cuenta que a la edad de tres años fue cuando tocó una guitarra por primera vez. “El dueño del colmado tenía un tres, y lo puso sobre el mostrador. Recuerdo que tenía que pararme sobre la punta de mis pies para poder alcanzarlo. Nunca había tocado ningún tipo de instrumento antes, pero podía tocar tres merengues que eran populares en aquel tiempo.
Cuando tenía ocho años había visto más del mundo (él cuenta que cruzó el río cerca de San Felipe), y se arrepintió de su decisión. Formó un grupo con su hermano, Nelson, y Ramón Cordero, quien continuó para ser una figura importante en la bachata también.
Ellos comenzaron a tocar en fiestas en la región con una guitarra que un tío de Ramón le dio a Edilio junto con algunas instrucciones básicas (Edilio aprendió en gran medida por su cuenta). Edilio recuerda que tocaba la música de Odilio Gonzalez, Julio Jaramillo y Blanca Iris Villafañe, y que soñaba con algún día llegar a tocar tan bien como la leyenda de Puerto Rico Yomo Toro.
Cuando tenía 13 años, Edilio decidió ir a la capital, Santo Domingo. Fué a trabajar en Casa Alegre, una tienda de música que era de la propiedad del cantante Cuco Valoy. Valoy también era propietario de una compañía discográfica, y Edilio fue a trabajar haciendo grabaciones para él. Grabó canciones con los cantantes Bernardo Ortiz, Rafael Encarnación y Mélida Pérez, y su reputación comenzó a crecer. Rápidamente suplantó a un número de antiguos músicos como el guitarrista más buscado para grabar “bolero campesino” – que más tarde llegaría a ser conocida como bachata.
Poco tiempo después Edilio comenzó a grabar para Radhames Aracena, el propietario de la Radio Guarachita.
La estación de Aracena era la única estación de radio nacional que presentaba la música de guitarra, y la música que tocaba la estación era toda grabada mediante una de las tantas compañías discográficas que poseía Aracena.
Fue durante los años del predominio de la Radio Guarachita que la bachata propiamente comenzó a fusionarse como un género. Cada bachatero en el país en un momento u otro probablemente grabó para Radhames Aracena. Como él era el “requinto” principal de Guarachita, o el guitarrista principal, todos aquellos artistas excepto por los pocos que, como Luís Segura, tocaban su propia guitarra principal, trabajaron con Edilio Paredes.
Como los años pasaron la bachata cambió de forma muy marcada.
Mientras comenzó a principios de los años 1960s como una música que era a penas distinguible del bolero que la antecedía, a mediados de los 1970s la bachata comenzaba a ser mucho más rítmica y bailable. La güira reemplazó a las maracas, un cambio del cual Edilio fue parte, y los elementos de otras músicas más animadas como el son y el merengue se podían escuchar en las líneas de guitarra.
La persona que más influenció en estos cambios fue indiscutiblemente quien hacía los arreglos – Edilio Paredes. Durante este periodo su nombre estuvo más estrechamente relacionado con el de su amigo de infancia Ramón Cordero, pero hizo un trabajo importante con casi todos los bachateros principales de los 1960s, 1970s y 1980s. Además de la obra sustancial de canciones clásicas, él hizo grabaciones con Marino Pérez, Bolívar Peralta, Leonardo Paniagua y José Manuel Calderón, entre otros, Edilio también sacó un buen precio de su propio trabajo.
Tener una conversación con Edilio Paredes sobre aquellos días es vislumbrar en la historia de la bachata a través de los ojos de un observador inteligente, crítico y únicamente bien informado. Y la historia que vemos es a veces difícil de ver. A medida que el género se desarrollaba, se volvió cada vez más marginalizada por la sociedad Dominicana, hasta que los creadores de la bachata y su audiencia llegaron a ser, por un tiempo, un grupo de personas despreciadas.
Las razones detrás de esto son complejas y mejor tratadas en otro contexto. Sin embargo ellos sí incluyeron los esfuerzos activos de la industria del merengue para eliminar a la bachata como competencia musical eficaz; una tendencia elitista y modernista que asoció a la música de guitarra con el “subdesarrollo” del campo; y, posteriormente, una reacción puritana contra los dobles sentidos que llegaron a ser una base de la música durante los 1980s.
Afortunadamente la situación cambió. Como resultado de una variedad de factores, la popularidad de la bachata creció a ritmo constante durante los años 1990s, y podría decirse que llegó a ser la exportación musical dominicana más importante, amenazando con eclipsar al merengue, el cual tenía mayor establecimiento. La audiencia de la bachata se extiende a los largo de México, América del Centro y del Sur, Europa y los Estados Unidos. Grupos jóvenes han sido pioneros en la fusión de la bachata con rock y R&B, aunque un estilo más tradicional continua creciendo. Entre aquellos que están dirigiendo el éxito de la música están los tres hijos de Edilio, David, Samuel y Nano, quienes son músicos estupendos.
A pesar de la moda actual de la bachata, Edilio Paredes todavía no disfruta la estima que uno podría esperar en su propio país. Mientras el cuatrista Yomo Toro de Puerto Rico, ídolo de infancia de Edilio, y el tresero Francisco Repilado (Compay Segundo) de Cuba son íconos culturales es sus respectivas naciones, la relación complicada de la bachata con la cultura Dominicana relegó su mayor virtuoso a los márgenes de la sociedad. Los músicos que se beneficiaron de la popularidad recientemente adquirida de la bachata fácilmente reconocen su deuda a Edilio, y en cualquier noche dada su audiencia podría incluir algunos de los nombres de cobertura del género. Asimismo, aquellos que eran aficionados de la música cuando ésta era activamente denigrada por los medios Dominicanos conocen y reconocen a Edilio Paredes como el músico maestro que es.
--David C. Wayne
Grabando la guitarra principal en “mucho más de mil” pistas en más de tres décadas, Edilio formó un nuevo género; sus arreglos distinguieron a la bachata del bolero del que surgió, y determinó la estructura de trabajo dentro del cual continúan los bachateros incluso hasta hoy.
Desde los días seminales de la bachata hasta principios de los años1990, Edilio Paredes dirigió y grabó el trabajo más importante de los artistas más importantes de la música, y a lo largo del camino inspiró a tres generaciones de guitarristas Dominicanos.
Desde la infancia, Edilio fue siempre un músico talentoso de manera prodigiosa. Nació en un pequeño pueblo de La Galana, cerca a San Francisco de Macoris, y fue la primera persona en su familia en cantar o tocar un instrumento (aunque su hermano y sus tres hijos desde entonces llegaron a ser músicos bien conocidos por su propia cuenta). Nada en la historia o procedencia de su familia auguraba la aparición de un genio musical. Sin embargo, Edilio cuenta que a la edad de tres años fue cuando tocó una guitarra por primera vez. “El dueño del colmado tenía un tres, y lo puso sobre el mostrador. Recuerdo que tenía que pararme sobre la punta de mis pies para poder alcanzarlo. Nunca había tocado ningún tipo de instrumento antes, pero podía tocar tres merengues que eran populares en aquel tiempo.
Cuando tenía ocho años había visto más del mundo (él cuenta que cruzó el río cerca de San Felipe), y se arrepintió de su decisión. Formó un grupo con su hermano, Nelson, y Ramón Cordero, quien continuó para ser una figura importante en la bachata también.
Ellos comenzaron a tocar en fiestas en la región con una guitarra que un tío de Ramón le dio a Edilio junto con algunas instrucciones básicas (Edilio aprendió en gran medida por su cuenta). Edilio recuerda que tocaba la música de Odilio Gonzalez, Julio Jaramillo y Blanca Iris Villafañe, y que soñaba con algún día llegar a tocar tan bien como la leyenda de Puerto Rico Yomo Toro.
Cuando tenía 13 años, Edilio decidió ir a la capital, Santo Domingo. Fué a trabajar en Casa Alegre, una tienda de música que era de la propiedad del cantante Cuco Valoy. Valoy también era propietario de una compañía discográfica, y Edilio fue a trabajar haciendo grabaciones para él. Grabó canciones con los cantantes Bernardo Ortiz, Rafael Encarnación y Mélida Pérez, y su reputación comenzó a crecer. Rápidamente suplantó a un número de antiguos músicos como el guitarrista más buscado para grabar “bolero campesino” – que más tarde llegaría a ser conocida como bachata.
Poco tiempo después Edilio comenzó a grabar para Radhames Aracena, el propietario de la Radio Guarachita.
La estación de Aracena era la única estación de radio nacional que presentaba la música de guitarra, y la música que tocaba la estación era toda grabada mediante una de las tantas compañías discográficas que poseía Aracena.
Fue durante los años del predominio de la Radio Guarachita que la bachata propiamente comenzó a fusionarse como un género. Cada bachatero en el país en un momento u otro probablemente grabó para Radhames Aracena. Como él era el “requinto” principal de Guarachita, o el guitarrista principal, todos aquellos artistas excepto por los pocos que, como Luís Segura, tocaban su propia guitarra principal, trabajaron con Edilio Paredes.
Como los años pasaron la bachata cambió de forma muy marcada.
Mientras comenzó a principios de los años 1960s como una música que era a penas distinguible del bolero que la antecedía, a mediados de los 1970s la bachata comenzaba a ser mucho más rítmica y bailable. La güira reemplazó a las maracas, un cambio del cual Edilio fue parte, y los elementos de otras músicas más animadas como el son y el merengue se podían escuchar en las líneas de guitarra.
La persona que más influenció en estos cambios fue indiscutiblemente quien hacía los arreglos – Edilio Paredes. Durante este periodo su nombre estuvo más estrechamente relacionado con el de su amigo de infancia Ramón Cordero, pero hizo un trabajo importante con casi todos los bachateros principales de los 1960s, 1970s y 1980s. Además de la obra sustancial de canciones clásicas, él hizo grabaciones con Marino Pérez, Bolívar Peralta, Leonardo Paniagua y José Manuel Calderón, entre otros, Edilio también sacó un buen precio de su propio trabajo.
Tener una conversación con Edilio Paredes sobre aquellos días es vislumbrar en la historia de la bachata a través de los ojos de un observador inteligente, crítico y únicamente bien informado. Y la historia que vemos es a veces difícil de ver. A medida que el género se desarrollaba, se volvió cada vez más marginalizada por la sociedad Dominicana, hasta que los creadores de la bachata y su audiencia llegaron a ser, por un tiempo, un grupo de personas despreciadas.
Las razones detrás de esto son complejas y mejor tratadas en otro contexto. Sin embargo ellos sí incluyeron los esfuerzos activos de la industria del merengue para eliminar a la bachata como competencia musical eficaz; una tendencia elitista y modernista que asoció a la música de guitarra con el “subdesarrollo” del campo; y, posteriormente, una reacción puritana contra los dobles sentidos que llegaron a ser una base de la música durante los 1980s.
Afortunadamente la situación cambió. Como resultado de una variedad de factores, la popularidad de la bachata creció a ritmo constante durante los años 1990s, y podría decirse que llegó a ser la exportación musical dominicana más importante, amenazando con eclipsar al merengue, el cual tenía mayor establecimiento. La audiencia de la bachata se extiende a los largo de México, América del Centro y del Sur, Europa y los Estados Unidos. Grupos jóvenes han sido pioneros en la fusión de la bachata con rock y R&B, aunque un estilo más tradicional continua creciendo. Entre aquellos que están dirigiendo el éxito de la música están los tres hijos de Edilio, David, Samuel y Nano, quienes son músicos estupendos.
A pesar de la moda actual de la bachata, Edilio Paredes todavía no disfruta la estima que uno podría esperar en su propio país. Mientras el cuatrista Yomo Toro de Puerto Rico, ídolo de infancia de Edilio, y el tresero Francisco Repilado (Compay Segundo) de Cuba son íconos culturales es sus respectivas naciones, la relación complicada de la bachata con la cultura Dominicana relegó su mayor virtuoso a los márgenes de la sociedad. Los músicos que se beneficiaron de la popularidad recientemente adquirida de la bachata fácilmente reconocen su deuda a Edilio, y en cualquier noche dada su audiencia podría incluir algunos de los nombres de cobertura del género. Asimismo, aquellos que eran aficionados de la música cuando ésta era activamente denigrada por los medios Dominicanos conocen y reconocen a Edilio Paredes como el músico maestro que es.
--David C. Wayne
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